Tras la lectura del artículo “¿Cómo saber si mi vivienda está irradiada por antenas de telefonía móvil?”, podríamos pensar que este tipo de antenas ubicadas en el exterior son la principal causa de radiaciones en el interior de nuestros hogares. Aunque esto es así en muchos casos, cada vez constatamos más claramente en nuestras mediciones la gran influencia que ejercen los dispositivos inalámbricos que instalamos dentro de nuestras viviendas. A día de hoy, podemos afirmar que las ondas electromagnéticas que soportamos en el interior de los edificios son causadas mayoritariamente por toda esa tecnología que voluntariamente hemos introducido de puertas adentro. Es decir, hemos metido al “enemigo” en casa.
El WiFi doméstico perjudica nuestra salud
Uno de los primeros dispositivos que introdujimos en nuestros hogares fue el WiFi, permitiendo una conexión a internet rápida y barata a través del móvil o la tablet. Sin embargo, la factura del wifi puede ser cara;
sus efectos biológicos están suficientemente contrastados por la comunidad científica como para aplicar el principio de precaución y prescindir su uso o reducirlo tanto como sea posible. Así lo expresan documentos como el Informe Bioinitiative o la Resolución 1815 del Parlamento Europeo, también recogido en el artículo “¿Ciencia o mito?” de nuestro blog. En efecto, el wifi es una radiación pulsada que emite a frecuencia de 2,4 GHz con una pulsación de 10 Hz. Estas características la hacen más perjudicial para la salud que otras debido a que los 10 Hz se sitúan dentro del rango de frecuencia alfa; esto es, la frecuencia propia de la actividad cerebral en estado de reposo o vibración básica biológica del cuerpo humano en su conjunto.
Obviamente, los efectos biológicos del wifi son directamente proporcionales a la intensidad del campo electromagnético, que disminuye con la distancia al emisor; el router. A efectos prácticos, una onda de frecuencia 2,4 Hz como la del wifi o microondas generalmente presenta una intensidad considerable en un radio de pocos metros, por lo que generalmente no afecta más que a la propia vivienda y parte de las colindantes.
El Router, otro antiguo "compañero de piso"
Los router son los aparatos emisores de radiación wifi y además regulan todo el sistema telefónico y de conexión a internet. La recomendación respecto al wifi sería su apagado, especialmente durante la noche, además de su sustitución a conexión por cable. No obstante, muchos modelos de router dificultan el apagado del modo wifi e incluso dan servicio al teléfono fijo, por lo que su desconexión no sólo elimina la señal wifi, sino que también nos deja sin servicio de telefonía fija. Además, últimamente han incorporado una nueva frecuencia de wifi a 5,0 GHz, frecuencia más alta y por lo tanto más energética y dañina, aunque con menor alcance incluso que la estándar de 2,4 Hz. El artículo “Router WiFi” del blog Bihho nos proporciona unas nociones para poder controlar el router y protegernos de su radiación.
Los ya tradicionales sistemas inalámbricos
El teléfono inalámbrico es otro de esos dispositivos que contaminan electromagnéticamente nuestros lugares de descanso domésticos, a pesar de que su peligrosidad no es popularmente conocida. Su intensidad de radiación es elevada y además continua e ininterrumpida, tanto en momentos de uso como de espera. Ambos componentes del dispositivo, la estación base y el aparato inalámbrico, son emisores de radiación y muchas personas duermen con éste último en la mesilla de noche, a pocos centímetros de sus cabezas.
Posiblemente los hornos microondas tengan peor fama en este sentido, aunque afortunadamente sólo emiten esas “microondas” durante su funcionamiento. Su nombre no es consecuencia de que las ondas emitidas sean más pequeñas o más inofensivas, sino simplemente del tamaño o longitud de onda propios (unos 12 cm) que dependen de su frecuencia (2,4 GHz, similar al wifi). Lo desafortunado de esta tecnología estriba principalmente en las posibles fugas de radiación por defectos en el apantallamiento del propio horno y en la merma de calidad de los alimentos calentados; todo ello indica la necesidad de prescindir de los hornos microondas.
La lista de aparatos que generan contaminación por ondas electromagnéticas en nuestro entorno es larga: sistemas de iluminación (en concreto fluorescentes, lámparas de bajo consumo o algunos led), interfonos para bebés (las radiaciones son especialmente perjudiciales para personas en proceso de desarrollo y crecimiento), estaciones meteorológicas… En general, cualquier sistema de comunicación sin cable está funcionando por tecnologías en base a ondas de alta frecuencia.
Y la tecnología inalámbrica incipiente
Cada vez son más los dispositivos inalámbricos instalados en los hogares. Resulta paradójico que, a pesar de los llamamientos científicos a eliminar el riesgo sanitario y aplicar el principio de precaución, el sistema económico impulse estas tecnologías tan peligrosas para la salud de los seres humanos.
Durante los últimos tiempos nos hemos encontrado con proliferación de portátiles, tablets, móviles, relojes con conexión, repetidores de wifi en cualquier punto de la vivienda, diversos mandos a distancia, cámaras de vigilancia domésticas, etc. Existen multitud de dispositivos que pueden ser fácilmente eliminados, sustituidos por otros con conexión por cable o en último caso al menos ser controlados para minimizar su radiación si la persona usuaria es consciente del riesgo y desea tomar medidas.
Medición de los campos electromagnéticos de radiofrecuencias o altas frecuencias
El primer paso para enfrentarnos al problema de la contaminación electromagnética en nuestro hogar es saber qué tipo de radiación hay, de qué intensidad y cuáles son las fuentes, internas o externas; es decir, realizar una medición profesional según el protocolo de la Norma Técnica de Medición en Baubiologie SBM-2015, cuyos protocolos y valores se establecen con el objetivo de proteger la salud de las personas en los lugares de descanso.
El equipo de aparatos profesional que utilizamos para ello consiste en:
- Analizador HF59B de Gigahertz, aparato de medición de ondas electromagnéticas de altas frecuencias. Permite medir la densidad de potencia en microwatios por metro cuadrado (µW/m2).
- Filtro de frecuencias FF6E de Gigahertz: permite la medición individualizada en diferentes rangos de frecuencias, desde 27 MHz hasta 3,3 GHz.
- Antena quasi-isotrópica de banda ancha UBB27.
- Antena logarítmica LogPer, para búsqueda de fuentes.
A todo ello, añadimos el analizador HFW35C, otro aparato capaz de medir en un rango de frecuencias superior, desde los 2,5 GHz hasta los 6,0 GHz, detectando las nuevas frecuencias WiFi domésticas y otros dispositivos menos comunes como radares navales o aéreos, Wimax, etc.
Sería extenso explicar cuál es el protocolo de medición según la SBM-2015 y no es el objeto de este artículo. Pero el resultado es que en unos pocos minutos podemos hallar toda la información necesaria (tipos de radiación, intensidades, fuentes y su ubicación, etc.) para valorar el riesgo sanitario existente en los lugares de descanso y además abordar el saneamiento o reducción de valores si fuera necesario.
Un sencillo ejemplo de medición realizada en vivienda unifamiliar
Los valores pueden ilustrar los conceptos expuestos de una manera más clara.
Exponemos un ejemplo que describe el estudio realizado en una vivienda con varios sistemas inalámbricos. A continuación se muestra la tabla desglosada por frecuencias en el dormitorio principal, con la valoración según los valores indicativos de la SBM-2015:
RADIOFRECUENCIAS | Frecuencia | Intensidad | Valoración |
TETRA | 380-400 MHz | 1,0 µW/m² | “débilmente significativo“ |
TDT / LTE | 480-800 MHz | 1,0 µW/m² | “débilmente significativo“ |
GSM 900 | 925-960 MHz | 360,0 µW/m² | “fuertemente significativo“ |
GSM 1800 | 1.805-1.870 MHz | 14,0 µW/m² | “fuertemente significativo“ |
DECT | 1.880-1.900 MHz | 2,3 µW/m² | “débilmente significativo“ |
UMTS | 2.110-2.170 MHz | 18,0 µW/m² | “fuertemente significativo“ |
WIFI / WLAN | 2.400-2.484 MHz | 1.240,0 µW/m² |
“extremadamente significativo“ |
Realizamos seguidamente un análisis detallado de la influencia de los distintos dispositivos inalámbricos en el área medida (cama), únicamente en el rango de frecuencias de wifi (2.400 – 2.484 MHz):
WLAN (Wifi) (2.400-2.484 MHz) | Intensidad | Valoración |
Condiciones iniciales | 1.240,0 µW/m² |
“extremadamente significativo“ |
Repetidor WLAN (baño) desconectado | 17,0 µW/m² | “fuertemente significativo“ |
Apple TV desconectada | 4,7 µW/m² | “débilmente significativo“ |
Calefacción mando desconectada | 4,2 µW/m² |
“débilmente significativo“ |
Repetiremos la misma operación en el dormitorio infantil; seguidamente se exponen los valores obtenidos inicialmente en toda la gama de Radiofrecuencias:
RADIOFRECUENCIAS | Frecuencia | Intensidad | Valoración |
TETRA | 380-400 MHz | 1,0 µW/m² | “débilmente significativo“ |
TDT / LTE | 480-800 MHz | 1,0 µW/m² | “débilmente significativo“ |
GSM 900 | 925-960 MHz | 230,0 µW/m² | “fuertemente significativo“ |
GSM 1800 | 1.805-1.870 MHz | 12,0 µW/m² | “fuertemente significativo“ |
DECT | 1.880-1.900 MHz | 22,0 µW/m² | “fuertemente significativo“ |
UMTS | 2.110-2.170 MHz | 28,0 µW/m² | “fuertemente significativo“ |
WIFI / WLAN | 2.400-2.484 MHz | 330,0 µW/m² |
“fuertemente significativo“ |
Y a continuación los valores que se van obteniendo tras la desconexión de los diferentes sistemas inalámbricos en el dormitorio infantil:
WLAN (Wifi) (2.400-2.484 MHz) | Intensidad | Valoración |
Condiciones iniciales | 330,0 µW/m² |
“fuertemente significativo“ |
Router WLAN desconectado | 190,0 µW/m² | “fuertemente significativo“ |
I-pads desconectados | 87 µW/m² | “fuertemente significativo“ |
Repetidor WLAN (baño) desconectado | 12 µW/m² | “fuertemente significativo“ |
Apple TV desconectado | 4,4 µW/m² |
“débilmente significativo“ |
Se puede constatar la reducción de la densidad de potencia (o intensidad de radiación) conforme se van desconectando los diferentes sistemas inalámbricos. De nuevo, la recomendación es clara; la desactivación de estos dispositivos cuando no se utilizan y especialmente en horas de descanso durante la noche.
Nos encontramos en un proceso de aceleración
No obstante, la escalada en la incorporación de “conexión” inalámbrica a cualquier aparato es quizás más rápida que nuestra capacidad de respuesta como personas usuarias. En el ámbito del hogar va siendo cada vez más difícil encontrar electrodomésticos libres de esta tecnología; el control remoto, a través del móvil, de cualquier aparato es una idea que va calando paulatinamente en nuestra mentalidad y modo de vida. Es un “progreso” que choca frontalmente con el objetivo consciente de una importante parte de la sociedad de cuidar la salud mediante la prevención llevando un estilo de vida y hábitos saludables.
Como podemos intuir, esta deriva tecnológica es la primera aplicación práctica de un nuevo modelo que pretende abarcarlo todo.
El 5G y el “Internet de las cosas”
Incipiente, pero ya está aquí. El Plan Nacional 5G prevé la salida al mercado de esta tecnología en 2020, si las dificultades técnicas u otros factores no lo impiden. Para esa buscada interconexión inalámbrica entre todas las cosas, los llamados “dispositivos inteligentes”, y las personas se necesita una base física de multitud de aparatos emisores y receptores de información en base a ondas electromagnéticas, y en ello estamos ya.
La comunidad científica ya ha comenzado a informar sobre las consecuencias de este modelo en varios comunicados y llamamientos internacionales, mientras que los medios de comunicación tratan de evitar el debate y se afanan en publicitar directa o sutilmente los conceptos básicos del “Internet de las Cosas”.
Conclusión
Frente a esta nueva amenaza a la salud pública, es más importante que nunca redoblar el esfuerzo en la prevención. La medición de nuestros lugares de descanso es un paso básico para ello y además debe ser complementado mediante la información, hábitos de vida saludables y la exigencia a nuestras suministradoras de una tecnología por cable que evite la contaminación electromagnética en nuestros hogares.
Navarra – Nafarroa, 25 de noviembre de 2019.
Miguel Martínez de Morentin Morrás,
Especialista en Mediciones Bihho.
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