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AMIANTO, EL PELIGRO OCULTO

En los últimos años hemos oído hablar de los problemas de salud que el amianto ha supuesto para las personas que sufrieron exposición laboral y sus familias, de las demandas interpuestas a las empresas responsables, de las muertes ocasionadas; pero en general seguimos pensando que es algo pasado y que actualmente es un riesgo que no nos afecta como población en general.

Sin embargo el amianto está más presente en nuestro entorno de lo que en principio podamos pensar. En este artículo intentaremos analizar los principales riesgos de exposición en nuestras viviendas y las recomendaciones de actuación en el caso de encontrarnos con materiales que contengan amianto en su composición.

¿Qué es el amianto?

El amianto o asbesto es una forma que ciertos minerales tienen de cristalizar en la naturaleza en forma de fibras que tienen la facultad de fragmentarse en otras muy pequeñas que no se suelen ver (fibrillas). Tienen la propiedad de que son casi indestructibles. De ahí su uso extendido.


Estas fibrillas tienen un grosor de una milésima de milímetro (< 1μm) y una longitud de hasta varios centímetros. Un asbesto con partículas de 1 mm3 de tamaño puede dividirse en muchos millones de fibrillas singulares.

Las dimensiones peligrosas de las fibras se sitúan por debajo de 3 μm (micras) de grosor y por encima de 5 μm de longitud, en una proporción superior a 1/3.

En España se prohibió el uso del amianto en 2002, pero en todo el siglo XX se han consumido cerca de tres millones toneladas. Se utilizaba para fabricar muchos productos y la mayoría de éstos siguen instalados.

Sin embargo, no existe obligación de su retirada ni de su identificación en los edificios.

¿Son todos los materiales iguales?

No todos los productos de amianto son igual de peligrosos. Su peligrosidad va a depender básicamente de la friabilidad y el estado de conservación.

La friabilidad es la probabilidad de que las fibras de amianto se rompan y se desprendan al aire. De esta manera, podemos clasificar los materiales con contenido en amianto en friables, aquellos que cuando están secos pueden desmenuzarse, pulverizarse o reducirse a polvo simplemente con la presión de la mano; y los no friables, en los que el amianto está firmemente retenido y no es fácil que se liberen fibras.

Podemos deducir que existe mayor riesgo de inhalación de amianto cuando nos encontramos con materiales friables, por su mayor capacidad de desprender fibras; sin embargo, los materiales no friables pueden convertirse en friables por causas como el envejecimiento o degradación o por intervenciones agresivas sobre los mismos, como puede ser el caso de una demolición.

 

¿Dónde existe mayor probabilidad de encontrar amianto?

En el siguiente cuadros se muestran los parámetros en que se encuentra englobado el prototipo de edificio en el que existe gran posibilidad de contener las fibras.

Fuente_ NTP 632: Detección de amianto en edificios (I): aspectos básicos

¿Cuál es el riesgo para la salud?

El polvo de amianto concentrado ejerce una acción localizada irritante sobre las mucosas de los ojos y las vías respiratorias. El asbesto produce cáncer. Durante mucho tiempo se negó la evidencia, disimulando y minimizando el riesgo de forma negligente e irresponsable.

Para hacernos una idea de la magnitud del problema, se considera que de cada dos cánceres profesionales, uno lo produce el amianto, y según la OMS (Organización Mundial de la Salud) cada año morirán más de 107.000 personas en las próximas décadas, por su exposición laboral (y unos 40.000 más por su exposición familiar o ambiental, según los cálculos de distintos trabajos de epidemiología).

“El amianto no debería ser detectable en absoluto en el aire interior, en las paredes o en el polvo doméstico.

Fuente:VALORES INDICATIVOS EN BAUBIOLOGIE PARA LAS ZONAS DE DESCANSO. Complemento a la Norma técnica de medición en baubiologie SBM-2015

 

 

 

 

 

 

 

En España el número de muertes, según estudios, se calcula en alrededor de 80.000, la mitad de ellos por venir.

Estas cifras muestran lo que ocurre cuando se actúa demasiado tarde.

Tuvieron que pasar alrededor de cien años y enfermar o morir muchos miles de personas para pasar del descubrimiento de un riesgo de cáncer (1900) a la prohibición definitiva del producto causante.

Pero esta prohibición sólo afecta a alrededor de 50 países, y el amianto se sigue usando en países que tienen el 75% de la población mundial.

Actualmente, tratados de libre comercio como TTIP o CETA, amenazan la prohibición existente en la Unión Europea, ya que entre sus objetivos se encuentra el de priorizar la facilidad del comercio, mediante la desregulacion de sustancias tóxicas en el mercado, en detrimento de la prevención en salud pública.

Desamiantado, normativa de aplicación

En España, para la eliminación del amianto en los lugares en los que está instalado, hay que cumplir con dos normas. Es la operación que se denomina desamiantado:

Las medidas principales que prescriben son las siguientes:

Actualmente, el depósito en vertederos parece ser la única alternativa viable y, por consiguiente, la más elegida, para la eliminación de residuos con amianto. No obstante, según el Dictamen del Comité Económico y Social Europeo (CESE) sobre “Erradicar el amianto en la UE” (2015/C 251/03), “los vertederos para residuos de amianto sólo son una solución temporal al problema que, de este modo, tendrán que resolver las futuras generaciones, puesto que las fibras de amianto son prácticamente indestructibles con el tiempo.⌈…⌋)” 

Fuente: Residuos con amianto: desde el productor al gestor.Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo (INSHT)

Recomendaciones

Ya que existe una alta probabilidad de encontrar amianto en multitud de viviendas debemos de tomar una serie de precauciones cuando tengamos la sospecha de existencia de amianto en nuestro entorno edificado.

¿Algo que aprender?

Desgraciadamente no podemos reparar los daños que el amianto ya ha provocado, sin embargo debemos ser conscientes de que no existe un “uso seguro y controlado” de este material, no existen “exposiciones esporádicas” sin riesgo.

No hay amianto seguro ni exposición sin riesgo.

Una lección a aprender en la incorporación de nuevos materiales en el entorno edificado residencial y laboral.

Sería de esperar que parte de los recursos invertidos en el desarrollo de nuevas tecnologías y materiales se destinaran a la investigación de los posibles efectos sobre la salud de las personas y el medio ambiente y que se aplicara en su implantación el  “principio de precaución”.

 

Burgos, 10 de noviembre de 2016
Silvia de Santos García
Arquitecta y Especialista en Mediciones IEB

 

 

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