Retomamos con este post un tema sobre el cada vez se demanda más información. En al anterior artículo describimos someramente la naturaleza y los efectos en la salud de este tipo de tóxicos. Ahora queremos hablar sobre su presencia en el ambiente que nos rodea.
Nuestra cotidianidad en contacto con los alteradores hormonales
Los tóxicos alteradores hormonales están presentes en cantidad de productos de uso cotidiano. Su presencia en el mercado está determinada por una legislación inexistente en la práctica y un lobby empresarial muy intenso en su defensa.
Los grupos de alteradores hormonales más frecuentes y conocidos son:
– Contaminantes orgánicos persistentes (PCBs, dioxinas, retardantes de llama, etc.). Es importante su presencia en alimentos; de hecho, la principal vía de entrada de los EDCs al organismo es la dieta, a través de productos vegetales contaminados y grasas en productos de origen animal.
– Contaminantes de vida corta pero ubicuos (ftalatos, bisfenol-A). El interior de las latas metálicas de envasado de alimentos y envases de plástico permiten su migración a los alimentos o líquidos.
– Productos cosméticos y de higiene (parabenos). Están presentes en cremas, jabones, colonias, pasta de dientes, etc.
– Plaguicidas, biocidas y herbicidas; como el glifosato, de uso muy frecuente.
– Productos de uso industrial (disolventes, estireno).
– Metales (plomo, níquel, cadmio, mercurio) y metaloides (arsénico).
La presencia de los disruptores endocrinos en los productos de construcción y equipamiento
Ya en nuestro campo, podemos afirmar que los disruptores endocrinos están muy presentes en los productos de construcción y equipamiento de edificios y, lamentablemente, también de las viviendas.
Evidentemente, no todas las sustancias tóxicas son alteradores hormonales. Por ejemplo, el formaldehído no tiene esta característica de interferir en el normal flujo, génesis y recepción hormonal. Sin embargo, su sustituto el isocianato, sí (en concreto, el HDI y el TDI); por lo tanto, habrá que prestar especial atención a estos productos “libres de formaldehído” y analizar su composición.
Existen varios disolventes y agentes contaminantes muy o medianamente volátiles (COV) dentro de los EDCs; benceno, algunos disolventes clorados, compuestos del glicol, los isocianatos antes nombrados, algunas parafinas, entre otros. Los disolventes se emplean en pinturas, barnices, colas, pegamentos, decapantes, tintas, lacas, etc., es decir, productos de acabado con los que estamos directamente en contacto y que definen la calidad del ambiente interior.
El estireno también pertenece a este grupo, y se usa en la fabricación de espumas de poliestir
eno, poliestireno expandido y extruido. Supone, por lo tanto, otra razón más para no utilizar estos productos, ya excluidos en la Bioconstrucción.
El grupo donde proliferan las sustancias alteradoras hormonales en las edificaciones es el de los compuestos orgánicos semivolátiles (SVOC) y los asociados a partículas (COAP). Los biocidas organoclorados y organofosforados más conocidos en construcción por su toxicidad, como DDT, PCP, lindano, clorpirifós o la permetrina son también alteradores hormonales. Estos productos son utilizados como protectores de la madera, lana de oveja, sisal, etc., y en alfombras, colchones y artículos de cuero.
También incluimos en este grupo los pirorretardantes bromados (PBBs, PBDE) que se usan en plásticos y textiles de equipos eléctricos y electrónicos, tapicerías, aislantes térmicos y recubrimientos.
Estos compuestos se caracterizan por su persistencia (se degradan con dificultad, permaneciendo en el medio ambiente durante años), pero además son bioacumulativos, esto es, se acumulan en el organismo de los seres vivos, por lo que animales (y alimentos) que se encuentran en los niveles superiores de la cadena trófica acumulan progresivamente estos contaminantes, pudiendo tener concentraciones corporales millones de veces superiores a las de los seres vivos de la base de la cadena alimentaria.
Dentro de este grupo también encontramos los ftalatos, éstos se emplean como plastificantes en productos de PVC; suelos, juguetes, textiles, moquetas, cortinas, tapizados vinílicos, gomaespumas, barnices, etc. Todos estos son productos se hallan frecuentemente en contacto con la infancia, que respiran las emanaciones de gases o polvo en suspensión con estas sustancias, con lo que tiene de agravante la afección a personas en proceso de desarrollo y crecimiento, como ya hemos visto.
También hay que mencionar el Bisfenol A (BPA), que tiene en común con los ftalatos su prevalencia cuando nos sometemos a una exposición continua. Se utiliza para producir policarbonato y otros productos plásticos con resinas epoxi, o como aditivo en el PVC. Podemos encontrar equipamientos médicos como incubadoras de policarbonato, con efectos muy graves para la salud de las criaturas.
También es frecuente encontrar disruptores endocrinos dentro del grupo de los metales pesados, compuestos metálicos y sales. Algunos de ellos todavía son utilizados en el interior de las viviendas, como el mercurio (en las lámparas de bajo consumo y fluorescentes), el plomo (en antiguas tuberías) o el níquel (en acero inoxidable o galvanoplastia de productos metálicos). Podemos encontrar compuestos organoestánicos como el tributilestaño (TBT) en agentes antihongos en algunos textiles, moquetas, alfombras y suelos de PVC.
El código postal es más importante que el código genético
Si las afecciones a la salud derivadas de las radiaciones o tóxicos al uso no son suficientes, el asunto de los disruptores endocrinos nos obliga definitivamente a tomar conciencia y replantearnos el modelo de producción y consumo en que vivimos, ya que no sólo está en riesgo nuestra salud, sino más aún la de nuestra descendencia.
Por ello, en el siguiente post queremos presentar algunas alternativas de materiales de construcción y equipamientos libres de estos contaminantes y que se consideran aptos desde el puntos de vista de la bioconstrucción.
Silvia de Santos García, Arquitecta.
Miguel Martínez de Morentin Morrás, Arquitecto.
Miembros de grupo BIHHO, Mediciones de Radiaciones, Tóxicos y Contaminación Microbiológica en el Hábitat.
Campaña Ecologistas en Acción
– https://libresdecontaminanteshormonales.wordpress.com/
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